En Cafés Luthier vamos más allá del café y vendemos una gran selección con los mejores tipos de té e infusiones que hay. En el artículo de hoy nos centraremos en descubrir qué es el té, de dónde viene, cuántos tipos o variedades hay y, sobre todo, cuáles son sus propiedades.

Qué es el té

Empecemos por su origen. El té proviene de una planta arbusto llamada ‘Camellia sinesis’, también conocida como planta del té, perteneciente a la familia de las teáceas. No debemos confundir esta planta con el árbol del té, de la cual se extrae un aceite con múltiples usos y propiedades.

Esta planta era originaria del sudeste asiático, desde el sur de China hasta el norte de la India, pero también era muy común en zonas de Japón o Turquía. Actualmente, los cuatro mayores productores de té son India, Sri Lanka, China y Kenia, aunque el país que sigue a la cabeza de la producción sigue siendo China.

Esta bebida, a diferencia del café, no produce efecto energizante o de alteración, sino más bien lo contrario. Hoy en día el té es una de las bebidas más populares del mundo y que se ha extendido por todo el mundo, con tradiciones en culturas como la japonesa, británica o bereber.

Hay múltiples tipos de té, y hablaremos de ellos en el siguiente apartado, pero ahora hablaremos de las dos variedades que existen de la planta del té:

  • La ‘camellia sinesis assamica’. Crece en entornos cálidos y húmedos, y por su tiempo de cosecha, todo el año, es la variedad más rentable. Los tés que salen de aquí son más robustos y amargos.
  • La ‘camellia sinesis sinesis’. Se produce mayoritariamente en China, Corea, Japón y Taiwán. Su cosecha se reduce solo al invierno y los tés son más delicados, más aromáticos y mayor concentración de sabor.

Qué tipos de té existen

La manera de tratar al producto durante su crecimiento, su cosecha y finalmente su secado es lo que produce que haya distintos tipos de té, con colores, sabores y texturas distintos.

Los tés más blancos son los menos tratados y según se va complicando el proceso, los tés se vuelven más oscuros, con aromas y sabores más fuertes, además de mayor teína. Actualmente podemos decir que hay seis tipos de té distintos.

Té blanco: sale de las hojas más tiernas, es el más puro y el menos procesado. Se recoge del arbusto, justo antes de que las hojas se abran por completo y se deja secar en un lugar cálido o al sol. Todo el proceso se hace de manera manual y rápidamente.

Té verde. Sin duda, uno de los tipos más famosos. Una vez recogido se le aplica calor, por cocción o tostado, a las hojas para que no pierdan su potencial de oxidación.

Té amarillo. Se hace el mismo proceso que con el verde, se fija para que se detenga la oxidación, pero la diferencia está en que se cubren las hojas con una tela húmeda. Esto aporta un color, sabor y aroma muy característicos. Está entre el té blanco y el verde.

Té azul. También llamado té de Oolong. Se deja oxidar parcialmente para que su sabor sea más intenso, está a medio camino entre el té verde y el negro. Se deja secar al aire y posteriormente termina el proceso dentro en un ambiente cerrado. Su sabor es más dulce que el verde.

Té rojo. También llamdo Pu-Erh. Tras dejarlo secar, se cuece al vapor y se comprime. Gracias a este proceso el té mejora con los años, como el vino. Lo especial de este té es su manera de elaborarlo. Como curiosidad, este tipo de té se descubrió por casualidad tratando de alargar la conservación del té verde.

Té negro. Las hojas del té se fermentan y se dejan oxidar completamente, así su sabor y aroma se vuelven más fuertes y con mayor nivel de teína.

Además de los sabores naturales de los distintos tipos de té, se suelen enriquecer con algún tipo de aroma añadido. Esto hace que la combinación de aromas sea completamente diferente en un té o en otro, aunque sean del mismo tipo. La manera más tradicional y habitual de aromatizar un té es con flores o plantas.

Propiedades

Las propiedades varían en función del tipo que té del que hablemos.

El té negro combate la inflamación y favorece una función inmunitaria saludable. Tiene un alto poder antioxidante y estimulante, es diurético y estimula el metabolismo. Además, igual que con el café, ayuda a mantener un estado de alerta mental y favorece la concentración.

El té blanco, además de ser ideal para los amantes de las bebidas descafeinadas, tiene un alto nivel de antioxidantes y es bueno para la higiene dental. El té verde es, sobre todo, antiinflamatorio y beneficioso para la salud arterial y cardiaca, ayudando a minimizar los niveles de colesterol malo. Es uno de los tés que contiene más antioxidantes y que mayores propiedades tiene, además de ser rico en vitamina A, B12, C y E.

El té azul, gracias a la l-teanina, reduce la ansiedad y aumenta el estado de alerta. Además, contiene polifenoles, que reduce inflamaciones, y es el mejor para quemar calorías ya que acelera el metabolismo. La propiedad más característica del té rojo es su efecto calmante. Pero también ayuda con las digestiones pesadas, regula el colesterol e incrementa la potencia del sistema inmunológico.

Finalmente, el té amarillo te ayudará a aumentar tu capacidad de concentración. Contiene una gran cantidad de minerales como el hierro, el fósforo y el magnesio, es diurético y antioxidante.